La palabra anfiteatro viene del griego amphiteatron que quiere decir dos teatros (amphi -dos- y theatros -teatro-), era un edifico público que servía para las luchas de gladiadores y de fieras. También se utilizaba para acoger espectáculos y juegos; en algún caso se utilizaron hasta para representar batallas navales con agua incluida llamadas naumachias.
Es de planta ovalada como consecuencia de la duplicación de dos teatros, uniéndolos por el escenario. Realmente no es así ya que la unión de dos plantas de teatro daría lugar a un circulo y no a un ovalo. Inicialmente el concepto partió de esa idea, siendo modificada para ampliar la zona de actuación, la arena.
Aparte de su función, la diferencia más importante entre un anfiteatro y un teatro romano clásico es que el anfiteatro es de forma circular u ovalada, mientras que el teatro es semicircular. También hay que diferenciar el anfiteatro del circo, que era utilizado para espectáculos de carreras y tenía forma de herradura.
La estructura de sustentación es igual que la de los teatros. En ocasiones parte de las gradas se apoya en una ladera, y el resto se apoya sobre una estructura de muros radiales y circulares abovedados. El exterior se compone generalmente de órdenes de pilares o columnas con arcos.
El anfiteatro se divide en dos zonas: la arena (escenario) y la cávea (graderío).
- Arena: Es la zona oval donde se representan las peleas y actuaciones. Estaba rodeada por un muro (podium) que la separaba de la cávea. Se abrían diversas puertas que comunicaban con estancias que estaban debajo de la cávea y de allí salían los gladiadores a combatir. Debajo de la arena de los anfiteatros más importantes se encontraban algunos espacios destinados a la circulación y estancia de los animales llamada fossa bestiaria. Estaba cubierta por madera sobre la que se extendía la arena, quedando así una superficie uniforme.
- Cávea: Presenta las características de la cávea de un teatro, pero tiene planta oval y está elevado en el podium. Primero se construyeron en piedra tallada, después se empezó a utilizar el hormigón y se pusieron arquerías y bóvedas. Generalmente se disponía de tres zonas que eran horizontales en altura: la imma cavea, la media cavea y la summa cavea.
Hablaremos un poco sobre dos de los anfiteatro más importantes pertenecientes a la época romana: El Coliseo (Anfiteatro Flavio, Roma) y el anfiteatro de Arles.
- Coliseo de Roma: Su construcción comienza en los años 70 y 72 d. C. y su nombre actual le viene dado del Coloso de Nerón, una estatua que había cerca y que hoy en día no se conserva. Se edificó en gran parte sobre la Domus Aurea, rellenando el lago de Nerón de arena. Se terminó bajo el mandato del emperador Tito, en el año 80 d.C.
Este Coliseo llegó a tener un aforo de 50.000 personas con 80 filas de gradas. La importancia de los espectadores iba disminuyendo de abajo hacia arriba, estando en la parte inferior los más ricos y poderosos de Roma (el Emperador, los senadores, magistrados o sacerdotes). En el estrato superior estaban los romanos más pobres, de un estatus social mucho más bajo que el resto.
Este Coliseo se inauguró en el 80 d. C. con una celebración que duró 100 días. Los últimos juegos en él se celebrarían en el siglo VI. Más tarde, este edificio tuvo varios usos, ya que fue refugio, fábrica y cantera; finalmente se usó como santuario cristiano, por lo que consiguió salvarse hasta el día de hoy, a pesar de que muchos de sus materiales estaban siendo utilizados para construir los nuevos edificios en la ciudad romana. En la actualidad ha sido restaurado en algunas partes y no se conserva la cubierta de madera perteneciente a la arena.
- Anfiteatro de Arles: Comienza a construirse en el siglo I d. C., poco después que el Coliseo en Roma, con el cual tiene muchas similitudes constructivas. Si bien su tamaño es más reducido y se debe considerar como uno de los grandes anfiteatros romanos, ya que en su interior cabían hasta 20.000 espectadores.
No obstante, no siempre ha sido un recinto para los espectáculos, ya que durante la Edad Media el anfiteatro romano de Arlés se transformó en fortaleza y en su interior se construyeron hasta 200 casas y hasta dos capillas para el culto religioso.
Tuvo que ser en el año 1825 cuando se decidió devolverle su aspecto original. Y fue una rehabilitación que impulsó el escritor, historiador y arqueólogo Prosper Merimée; el monumento ha pasado a formar parte del listado de Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO, junto con otros restos romanos arlesianos como el Teatro antiguo o las Termas de Constantino.
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